¿Qué es la informática forense y cuándo la necesitaremos?

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La informática forense se encarga de la recopilación, análisis, autenticación y presentación de datos digitales. Estos datos pueden ser obtenidos tanto de dispositivos electrónicos como pueden ser teléfonos móviles, ordenadores, router, etc., o de la nube, que hoy en día es nuestra más fiel compañera y que contiene la mayoría de los datos que manejamos. Para esto el forense informático debe tener conocimientos informáticos sobre la materia, de ahí que sea importante que tenga una titulación de acorde, y que tenga conocimientos legales suficientes para poder presentar la información y que sea válida e irrefutable en un procedimiento penal.

¿Por qué es tan importante? Hoy en día nuestras vidas están ligadas a la tecnología. Todos nuestros datos viajan por las redes a través de internet, y mucha información se comparte en las redes sociales. Ante un problema en el que intervengan nuestros datos digitales es fundamental adquirir esas evidencias digitales para que nos ayude en nuestro caso. La recolección de las evidencias es fundamental, ya que una alteración de dichas evidencias puede llevarnos a invalidarlas. Por tanto, el primer desafío de un perito informático es recolectar de forma correcta y preservar en su estado original las evidencias necesarias de los medios digitales implicados. Una vez recopilada la evidencia se debe realizar un análisis profundo para obtener las conclusiones y garantizar su integridad, para ello se debe disponer de unos conocimientos amplios en la materia.

¿En qué casos es necesario un perito forense? Son variados los casos que pueden afectarnos y que pueden requerir la intervención de un perito informático, algunos de ellos son:

• Descubrimiento y revelación de secretos personales.
• Descubrimiento y revelación de secretos de empresa.
• Acceso ilícito a sistemas informáticos.
• Estafa informática, mediante phishing u otro medio.
• Suplantación de identidad.
• Coacciones y amenazas.
• Ciberacoso sexual.
• Injurias y calumnias por redes sociales.
• Delitos contra la propiedad intelectual.
• Certificación de envíos digitales, correos, etc.
• Certificación de servicios de mensajería instantánea.
• Manipulación de imágenes, fotografías, etc.